20 Nov Objetivos eficaces, a través de la metodología SMART
La metodología SMART es una poderosa manera de recordar los elementos precisos, de cara a la redacción de unos objetivos eficaces.
El uso de la expresión SMART fue utilizada, por primera vez, por George T. Doran en una publicación que realizó en el año 1981 titulado “There’s a S.M.A.R.T. Way to Write Management’s Goals and Objectives”.
Los criterios, de esta metodología, se suelen atribuir al concepto de Gestión por Objetivos de Peter Drucker. No obstante Doran, en la citada publicación de 1981, comenta que SMART viene a significar diferentes cosas para diferentes personas.
Asimismo, hay autores que opinan que es necesaria una actualización de los elementos a analizar, en esta metodología, existiendo ya algunos casos, de autores, que ya han ampliado los elementos de la metodología SMART.
No obstante, SMART es un acrónimo de 5 palabras/elementos, que son las que sirven de guía hacia un objetivo eficaz, y que son:
1. Specific (eSpecífico): en otras variantes de la metodología pueden significar eStratégico, Significante.
Al definir nuestro objetivo Smart, se debe evitar su ambigüedad, ya sea que fijemos metas personales o si trabajamos junto a un equipo de trabajo bajo forma de empresa o agencia.
Para lograr redactar un objetivo específico es importante es resolver cuestiones como “qué, cuándo, cómo, dónde, con qué, quién”.
Cuanta más información se logre aportar más fácil será conseguir la meta, ya que definir el camino, para llegar hasta ella, será mucho más sencillo. Este punto dejará ver si se cuenta con los recursos suficientes o se necesitaría algo extra, para llegar a la meta general.
2. Measurable (Medible): en otras variantes de la metodología pueden significar Motivador.
Para que un objetivo sea claramente un objetivo se debe tener forma cuantitativa de medir que efectivamente se ha logrado. Para ello es necesario involucrar algunos números en su definición.
La evaluación del progreso lo ayuda a mantenerse enfocado, cumplir con sus plazos y sentir la emoción de estar más cerca de lograr su objetivo.
Para ello se debe resolver cuestiones como “cuánto cuesta, cuántos,…”.
Cuantos más datos cuantitativos se tengan, más control de los avances se podrá tener.
3. Achievable (Alcanzable): en otras variantes de la metodología pueden significar Aceptable, Acordado, Alineado con la estrategia.
Antes de acometer el objetivo se deben buscar evidencias que hagan pensar que es totalmente alcanzable. Si se cree que no se puede conseguir es posible que no se consiga, es lo que llamamos profecía autocumplida. En la medida que no creas en tus posibilidades, generarás un estado emocional poco favorable. Además, tus acciones a nivel inconsciente te boicotearán para no conseguirlo.
Para hacer alcanzable un objetivo se necesita un previo análisis de lo que se ha hecho y logrado hasta el momento. Eso ayudará a saber si el paso que se desea dar es posible o si es mejor retroceder un paso.
Preguntas como “¿qué me hace pensar que es imposible?, ¿alguien más lo ha conseguido?, si es así, ¿qué me impide conseguirlo yo?”, pueden ayudar a clarificar si un objetivo es alcanzable o no.
4. Relevant (Relevante): en otras variantes de la metodología pueden significar Real, Razonable, orientado a Resultados.
Debemos garantizar que nuestra meta es importante para nosotros y que se encuentra junto a otras metas relevantes.
Para saber que nuestro objetivo es relevante, debemos responder afirmativamente a preguntas como “¿esto parece valioso?, ¿esta es la hora correcta?, ¿esto coincide con nuestros otros esfuerzos/necesidades?, ¿es aplicable en el entorno socioeconómico actual?”.
En otra variante, de este mismo paso, debemos saber si nuestro objetivo es realista. Para ello, se debe ser consciente de los recursos de los que se dispone y los recursos que necesitan para la consecución del objetivo. Es importante tomar consciencia real si esos recursos necesarios están en nuestra mano.
Hacer un análisis y ser realista ayuda también a evitar posteriores emociones negativas que no ayuden a persistir. Recuerda que los objetivos no alcanzados no se deben echar por la borda, es necesario hacer una nueva estrategia y siempre mantener el compromiso.
5. Time-bound (a Tiempo): en otras variantes de la metodología pueden significar Time-based, Trackeable, Tangible, con Tiempo limitado.
Quizás este es uno de los factores más importantes que determinan si se cumple o no un objetivo. Si no se pone un tiempo de comienzo y uno de finalización, lo más probable es que nunca se logre.
Agendar y ponerle tiempo al objetivo ayudará a saber si lo que se está haciendo es lo óptimo para llegar a la meta en el tiempo, o quizá sería mejor si se le da un poco más de velocidad.
Para esta programación debemos contestar a cuestiones como “¿cuándo?, ¿qué puedo hacer dentro de seis meses?, ¿qué puedo hacer dentro de seis semanas?, ¿qué puedo hacer hoy?”.
En caso de que se esté un poco fuera de tiempo y no se esté alcanzando las metas en el plazo definido, no hay que preocuparse, también se debe aprender a ser flexible. Pese a ello, no se debe abusar de esta flexibilidad ya que existe una delgada línea que puede llevar a romper el compromiso.
Los objetivos SMART son una parte importante para el crecimiento de una empresa. Para todos los departamentos de una empresa el crecimiento de esta implica también un crecimiento personal.
Lo que se debe alcanzar a ver es que la única manera de lograrlo es teniendo orden, y estructura que claramente, los objetivos se encargan de dar.
Por ello, y de cara a una buena formulación de objetivos, estos deben ponerse en positivo, dividirse en sub-objetivos para que sean asumibles, ser específicos, ser alcanzables, ser realistas y debe cumplirse con una programación.
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